Estado terrorista
No existen personas aisladas que actúan violentamente sino que es una política que busca mellar la disidencia, el infoentretenimiento ha sido consecuencia de la censura, pues los espacios críticos se vienen eliminandoLas coincidencias de la actual situación del país con lo que se conoce como terrorismo de Estado, entendiéndolo como el empleo sistemático de amenazas y represalias por parte de un Gobierno a través de su partido para imponer obediencia, no dejan de sorprender. Tal como lo sostiene Juan Miguel Matheus, presidente de la fundación Caracas Mía, en Venezuela se siembra el terror desde la estructura de poder.
El especialista en derecho constitucional no duda en caracterizar al régimen como totalitario, por eso el monopolio de los medios de comunicación, la imposición de una ideología monolítica, el encarcelamiento de líderes potenciales de la oposición, entre otras cosas, se hace con el propósito de lograr la sumisión, "porque el miedo paraliza y lo lleva a uno a dejar de luchar", agrega Matheus.
Explica que ese terror ocurre en varios estadios: en la calle por ser el frente de la batalla política, y luego en las instituciones, que en definitiva existen para civilizar la lucha política y evitar que se maten unos con otros. La decisión del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, constituye a su juicio una justa prueba de fascismo. "Además, el discurso político se ha tornado cada vez más salvaje. Creo que el actual presidente Nicolás Maduro tiene más tendencia a la violencia por carecer del filtro que tenía Hugo Chávez hacia los comentarios de los Castro.
Éstos para Maduro son una orden", señala. Los frecuentes llamados a la paz que desde el oficialismo se hacen son, a criterio de Matheus, una fácil forma de decirle a la población que se quede quieta.
El verdadero significado de esta palabra, tal como lo señaló el Papa Juan Pablo II, integra cuatro elementos: libertad, verdad, justicia y amor; justamente los que el Gobierno no profesa.
COMUNICACIONES DEL ODIO
La violencia política comenzó para la coordinadora de Caracas Mía, Paola Bautista de Alemán, con el uso de la palabra para insultar, desprestigiar e invisibilizar a aquellas personas que legítimamente están en el derecho de disentir del proyecto político que domina el país desde hace 15 años.
Los análisis de contenido de medios públicos, de las páginas web, radios comunitarias y televisoras, según detalla la también magíster en Ciencias Políticas, evidencian que hay una consonancia en términos y ataques. "Todos utilizan `oposición fascista, pitiyanquis’, y una serie de adjetivos negativos que provienen de una direccionalidad, no es espontáneo". Frente a esto, indica, se genera un círculo vicioso: comienza la mentira, la mentira genera violencia, la violencia genera miedo, y el miedo cierra el círculo porque genera el silencio o la autocensura.
Bautista de Alemán afirma que la política de eliminar los espacios de disidencia se notan en la parrilla de los medios de comunicación televisivos en Venezuela o circuitos radiales, en donde se ve que hay un proceso avasallante de contenidos de infoentretenimiento que dejan de lado el tema político.
El periodista y especialista en criminología, Javier Ignacio Mayorca, advierte sobre la irrupción en el escenario de actores paraestatales con un grado creciente de organización, además del incremento de las fuerzas del orden con fines represivos políticos.
Las tropas de motorizados que salieron a la calle durante los dos últimos comicios, de acuerdo a su análisis, no son grupos espontáneos sino organizados en núcleos que merecen investigación. "Esto puede inhibir la acción opositora por un tiempo, pero generalmente se salen de las manos de quienes los promueven", acota. Mayorca llama la atención sobre la enorme contradicción de un gobierno que dice promover el desarme, pero al mismo tiempo incita a grupos armados. Ade
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